como dice Delgadillo
... y coincidir.
cuántas veces he pagado deudas extrañas
cayendo al abismo!
un abismo que se abre cuando, sin ternura,
empujas mi corazón a la caída libre
y mientras cae, roto, solo,
el frío se convierte en mi testigo
silencioso, apagado, el abismo que con largas manos
ahoga mi súplica, aquella que grité y que susurré...
aquella que nadie escucha,
abajo, entre el lodo de esperanzas perdidas
con el frío de ilusiones olvidadas
tengo que volver a levantarme, y sin saber cómo,
salir por mi propia cuenta una vez más... una vez más
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