Hoy me desperté como nacen los amaneceres
pues durmiendo soñé que no estabas,
y despierto sueño que me acompañas.
Pero el color del dinero me recuerda la lejanía
mientras el olor del esfuerzo camina por tu sendero.
Llegaré ahí?
Corro por los atardeceres de una noche que amanece
y lento corro como el vuelo de la lluvia;
abajo, junto a la cumbre de un sentimiento mojado,
florece nuevamente la esperanza que muere todos los días.
Y te veo junto al susurro que olvidé por un tiempo,
y te escucho en mis manos que una mañana te tocaron,
ahí, junto a los labios que nunca he besado.
Pero sigo intentando
fracasos evocados donde el triunfo es el único camino aceptable
contigo no hay caídas, no hay tiempos para la fortaleza de la debilidad,
sólo te enamora la crudeza de un temperamento rudo que aún no tengo
y gano confianza cuando tu tímida voz le dice al viento: te quiero ver.
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